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Dr. Fernando Jiménez (entrevistado)
- La dopamina es un neurotransmisor que actúa estimulando las terminaciones nerviosas
del hipotálamo y produce un estado de euforia y de bienestar que, en el caso del
enamoramiento, esa producción está aumentada y produce una sensación de bienestar,
de felicidad cuando se es comprendido, pero cuando no se es comprendido, queda la
dopamina libre y viene la reacción de rechazo y violencia.
Andrea Ledesma (narradora)
- Estas reacciones son las mismas que experimentan personas alcohólicas o adictas a
cualquier droga. Al principio nos basta con poco, pero a medida que la adicción
aumenta necesitamos más dosis y cada vez es más fuerte; todas las adicciones las rigen
los altos niveles de dopamina.
- Otro hecho relacionado con el amor es el deseo sexual, aunque sin duda alguna son
cosas distintas y que los caminos cerebrales que los rigen, también son diferentes; en
algunas ocasiones están conectados. La química también interviene cuando la persona
se siente atraída sexualmente por otra, su cerebro envía una señal química a la hipófisis
provocando la liberación de hormonas sexuales.
Mgtr. Janeth Mendoza (entrevistada)
- Cuando se vincula lo que es realmente el sentimiento de amor con la sexualidad
hablando desde el punto de vista sexual, aunque suene un poco chistoso o jocoso,
estamos hablando de un amor al cuadrado; es decir, se vincula tanto el afecto, el
sentimiento, como la lujuria y la pasión.
Andrea Ledesma (narradora)
- El amor provoca una feliz dependencia cuando se es correspondido, una ansiedad
dolorosa, triste y a veces destructiva cuando se es rechazado, por eso su tratamiento es
como el de una adicción: cortar de raíz, evitar los lugares que se frecuentaban, no
escuchar las mismas canciones; es decir, evitar en nosotros todo aquello que despierte
en nosotros el deseo de estar con la pareja.
- Para fortuna de los no correspondidos, existe un narcótico contra el mal de amor
llamado chocolate. Este alimento como el ejercicio, ayuda a suplir esa abstinencia al
regular la producción de adrenalina y serotonina.
- Nuestros cuerpos han sido diseñados para sufrir y luego recuperarnos, no podríamos
pasarnos toda la vida enamorados.
El hipotálamo, una glándula que se encuentra justo debajo del cerebro se encarga de
poner en orden segregando dos hormonas: la vasopresina y la oxitocina, que son
responsables de generar lazos de cariño, respeto y responsabilidad con los hijos y la
pareja; de esta manera, la locura del amor romántico se transforma en un sentimiento de
calma, seguridad y unión.
Parece ser entonces que el amor es una cosa del cerebro y no del corazón como todos
piensan. Así podemos saber que no depende de nosotros sentir toda esta reacción
química de nuestro cerebro. El momento de esta adicción amorosa llegará, terminará y
volverá a empezar. ¿Y tú? ¿Estás dispuesto a volverte a enamorar? 4
b) Reflexión
4 Recuperado de la página web: http://youtu.be/9Co23s3N7EY
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